La elección de ésta tríada la hice no al azar sino que pretendí y me interesó relacionar palabras que me tienen ocupadas hoy día. Tanto en la vida personal familiar como en mi vida como estudiante, formando parte de un sistema en el cual somos todos protagonistas.
Como plantee antes las palabras están muy relacionadas entre si y ellas son:
_Eventos: acontecimiento, echo imprevisto o que puede acaecer u ocurrir.
_Costumbres: modo habitual de proceder, practica muy usada.
_Sueños: acto de representar en la fantasía de uno mientras duerme, sucesos o especies.
Pensar cada una de estas palabras y sus significados genéricos, el que cada individuo le confiere sin saber el significado real, mas que por convención cultural transmitido de generación en generación , me sirvió para entender por ejemplo que decir: la frase “organizar un gran evento”, es expresarme mal ya que es una palabra que está mal usada, cuando la palabra evento justamente no es organizar o planear sino mas bien una eventualidad o un imprevisto.
En ese sentido me pregunto como mujer, hija, madre. ¿Quien no soñó con una gran fiesta de quince años, o de casamiento, o de recepción etc.? ...
La mayoría de las mujeres principalmente las latinoamericanas pone todas sus expectativas en esos momentos tan especiales, soñados y que produce mucha expectativa no solo en su vida sino en todo su entorno.
Justamente me encuentro en una de esas instancias pero no como protagonista sino como parte importante de hacer lo posible para que ese sueño se haga realidad, mi hija esta por cumplir los ansiados quince años, ansiados digo por lo que significa por tradición en nuestra familia, si bien las cosas van transformándose con el tiempo, esta sigue siendo una costumbre que no ha cambiado.
Lo que ha cambiado son las formas, los modos de festejar y los diferentes actores sociales que intervienen en la misma, lo que de repente interesa solo al entorno es de importancia en la labor de otros personas que ofrecen sus servicios con tal motivo. Implica mucho mas allá que una simple ceremonia familiar por eso gracias a la consigna de la profe , me puse a buscar la relación y punto de encuentro entre estas tres palabras, y así entender desde un principio el meollo de la cuestión, porque no es cuestión de andar haciendo fiestas y gastarse todo los ahorros sin saber como y cuando nace esta idea y cual era en sí su verdadero significado e inclusive su importancia, así que me tuve que poner a leer y resultó lo siguiente...
Parece que esta cuestión de festejar los quince años en la mujer tiene varios orígenes. La mas probable es la que proviene de las grandes culturas precolombinas: Aztecas y Mayas de México que realizaban los ritos de pubertad para iniciar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades de las mujeres, en esas culturas al llegar a los quince años las jóvenes salían de sus familias a la escuela Telpochcalli donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio.
Luego regresaban a la comunidad a celebrar la fiesta de quinceañera. Con la conquista de los españoles los Aztecas perdieron mucho de su cultura. Los españoles, que eran católicos incluyeron en la tradición indígena la inserción de la misa.
En el siglo XIX, el emperador de México, Maximiliano y su esposa, Carlota, introdujeron vals y los vestidos.
Esta tradición muy arraigada de las familias latinas se pueden comparar a un bat mitzvah para los judíos o una fiesta de dulces dieciséis años para los anglosajonas.
Actualmente, las fiestas de quince años constituyen un gran evento religioso (aquí el mal uso de la palabra evento) y social.
En el gran día la muchacha luce un vestido muy elegante, generalmente en tonos pasteles, rosa, azul claro, blanco, una corona y por primera vez se pone los zapatos de tacones altos que le regala el papá.
La celebración empieza en la iglesia, la misma da gracias a dios por las bendiciones de su niñez y pide direcciones para el futuro, después de la misa, con los ritmos del vals inicia una fiesta grande. Luego de bailar con el papá la quinceañera baila con los quince muchachos invitados a su cumpleaños (miembros de la familia, amigos, compañeros del colegio) y cada uno de ellos le regala una rosa roja.
Cuando una niña llega a los quince años, los padres les dan nuevos privilegios y responsabilidades tanto en su vida personal como social.
Hoy en día las muchachas hacen lo imposible por lucir el vestido mas lindo y tener la fiesta mas bella, sin embargo, es de gran importancia hacer hincapié en los principios morales de la muchacha.
En los últimos años la iglesia católica ha instado a las familias a poner énfasis en la parte espiritual del evento y desanimar festividades sociales extremadamente caras que no están al alcance de todas las familias.
Las festividades de los quince son por lo general caras y muchas veces para cumplir con la costumbre y señalar de forma adecuada la transición de la hija de la casa de niña a la de mujer, toman créditos o piden prestado el dinero para poder celebrar la fiesta. Sin embargo, la tradición de los quince años va mas allá de los detalles de la fiesta, del vestido, de la corona, del vals y de los regalos.
¿Hasta donde es posible soñar y hasta donde es posible que estos se hagan realidad?
Para el psicoanalista, los sueños, eran los vasos conductores para que las emociones y recuerdos encerrados en el subconsciente, pudieran pasar para el consciente. Ósea, que al recordar los sueños, podemos analizar recuerdos o emociones las cuales habían sido olvidadas o negadas por el consciente.
Asimismo, para Sigmund Freud, los sueños eran una vía para poder llevar a cabo, aquellos deseos que permanecían reprimidos en las personas, principalmente los de tipo sexual. Incluso fue mas allá, para él, las pesadillas eran fruto, de la ansiedad que producía el llevar a cabo aquellos deseos sexuales. Por ende, ese era el camino de como los sueños se transformaban en pesadillas. Los sueños son una forma de poder hacer realidad aquellos deseos reprimidos, los sueños de las personas son y pueden ser interpretables, ya que en él se da de manera disfrazada la realidad del deseo.
A raíz de todos estos datos se me ocurrió relacionar todo esto con el trabajo que tienen los sociólogos al estudiar todos los comportamientos del hombre y su entorno.
El mundo simbólico, los significados, las maneras de percibir, y de entender el mundo, la interacción, las maneras de sentir, querer, pensar y obrar permite dar sentido a la vida social.
Es un buen ejercicio identificar cuales son los atributos de nuestra vida cotidiana, de organizarnos y de la cantidad de actos y pensamientos que nos acompañan y de los que no somos conscientes porque han sido incorporados a nuestra manera de estar y comprender el mundo social. La vida cotidiana es por eso, rutinaria. Repetimos nuestras acciones, las hacemos habituales. Pero, ¿como logramos constituir esos hábitos?
Pierre Bourdieu (1991. “El sentido practico”) , es un autor francés que ha estudiado lo que llama el hábitus, es decir, el conjunto de destrezas, saberes, valores, competencias lingüísticas, habilidades, conocimientos, propio de la clase social a la que pertenecemos.
Inculcados fundamentalmente por la familia que permite desenvolvernos en su medio social, optimizar el uso de los escasos recursos disponibles, relacionarnos, establecer el código de comunicación que permite la convivencia, transmitir los gustos y preferencias, los hábitos alimenticios, de higiene, etc.
A la vez, cada sujeto podrá ser socialmente reconocido ya que el capital cultural dominante señala, “distingue” dice Bourdieu, a las personas según sus maneras habituales de relacionarse con la sociedad, es decir por los modos de inculcación del hábitus.
La manera de vestirse, usar las manos para expresarse, el uso del lenguaje, del cuerpo, de la mirada, todo denuncia nuestra pertenencia social. Nuestro cuerpo encarna nuestra clase social y nos delata.
Sin embargo, la sociedad impone un capital cultural legitimado como el verdadero, el correcto. El capital cultural dominante ejerce una violencia simbólica sobre los sujetos que carecen de los saberes y de las destrezas, las competencias reconocidas como correctas y verdaderas, desestimando, desvalorizando y censurando otras expresiones culturales propias de las clases subalternas. De modo que a través de las instituciones sociales y especialmente la escuela, se legitiman determinadas culturas desestimando otras.
Los sujetos en su relación con la naturaleza y con los otros hombres , transforman la realidad al mismo tiempo que se transforman a si mismos. “El hombre se cambia a si mismo, se modifica en la medida en que cambia y modifica todo el conjunto de las relaciones de las cuales es el centro de anudamiento”, dice Antonio Gramsci.
Esto es lo que debemos reforzar, la esencia misma de la historia, movimiento en constante transformación, en constante construcción, y son los sujetos históricos los que construyen ese mundo.
Otros van sumar la idea de que para entender el proceso por el cual el hombre y la mujer, al tiempo que construyen la realidad social, se socializan, incorporan o se apropian de los usos y costumbres que le permite moverse en su ambiente inmediato, ayuda a reproducirse y organizarse en la medida que esa inmediatez pertenece a la clase de vida o sector a la que le toca. “Las personas construyen su realidad en condiciones que no determinan, que no eligen”. Quiere decir que no lo hacen libre y voluntariamente porque las condiciones materiales de vida, nos son predeterminadas, solo puede apropiarse según la autora Heller de su pequeño mundo.
La idea de cambio desde esta perspectiva es que lo cotidiano también permite advertir lo que no lo es, es decir, todo aquello que no es cotidiano, ya que una de las características de este mundo es la estabilidad y presunta armonía. Las rupturas en cambio todo lo que produce alteración de esa estabilidad nos puede poner en contacto con los procesos de producción ocultos en las costumbres, con las resistencias y oposiciones y también con las practicas creativas que intentan modificar la situación existente. Quiere decir que aquello que altera permite convertir en objeto de análisis eso que parece obvio. Recordemos a Gramsci cuando plantea que la practica social se apoya en el sentido que nos permite reconocer la causa exacta, simple e inmediata sin dejarse seducir por las argucias metafísicas.
Un saber que es empírico, espontáneo, inmediato. La practica espontánea y el sentido común correspondiente le permiten al hombre manejarse en su ambiente, sentirse seguro, tranquilo porque piensa y hace como los demás de su medio, está reconocido y no debe dar explicaciones de nada, sin embargo no alcanzan a percibir las cosas en su profundidad, su aproximación es empírica, porque lo cotidiano se muestra a la vez que se oculta.
En otro sentido, desnaturalizar es reconocer la capacidad del hombre para transformar.
Quien pueda detenerse a reflexionar críticamente su quehacer, su entorno, las condiciones generales en las que desarrolla su practica nos permite darnos cuenta que también es capaz de objetivar lo que produce conflicto, analizarlo y por tanto operar sobre él transformándolo.
Esto no implica que la mera reflexión asegure necesariamente un cambio en las condiciones de las prácticas pero es un paso importante.
Las relaciones que el sujeto puede establecer con los otros hombres, que al estar mediado por valores mercantiles se transforman en relaciones deshumanizadas, conforman a los sujetos en entidades pasivas e impotentes.
Algunas de las consecuencias que trae, si consideramos cómo nuestro sistema social se ha ido sustituyendo paulatinamente, es que: los principios éticos por el dinero convierte prácticamente la vida en una carrera por “tener” mas en desmedro de “ser”.
En fin son muchas las apreciaciones que se pueden hacer en torno a esta tríada de palabras y al echo en si. Lo cierto es que indudablemente organizar una fiesta de quince a pesar de lo traumático que puede resultar y de echo es así, a pesar de todas las transformaciones que ha sufrido la ceremonia en si, no deja de ser un echo importante para todas las mujeres.
Entre tantas cosas que exige una fiesta de esa magnitud, de convertirte casi en una especialista en fiestas corriendo de un lugar a otro, alquilar el salón que resulte optimo, controlando que todo esté en su justo lugar, que la decoración convine con el color del vestido , que la música, que las fotos , la comida, la torta, los detalles acordes con la temática, el show musical porque ya no alcanza con el dis jockey, la sorpresa que además sea original, y más, más, más. Sin contar con hacerte experta en negocios regateando los precios, las exigencias de pagar los impuestos que pide la municipalidad, el coche que lleve a la chica, la lucha de hacerle poner el traje al padre que cree que con solo poner el dinero es suficiente, sin contar que antes lo tenes que poner a practicar el vals, cuidar que la nena no te invite a todos lo que la saluda y que lo que era algo intimo se convierta en una fiesta para doscientas cincuenta personas y ni hablar de la cantidad de ofertas que hay en el mercado y que te vuelven loca. Realmente con tantas cosas, de tanto ocuparte de todos los detalles, te olvidaste de otro pequeño detalle (valga la redundancia ) de que carajo te vas a poner vos, qué los zapatos que compraste te apretan, que no te arreglaste las uñas y que al final el tiempo no te alcanzó para ir a la peluquería y te terminas pasando la planchita en tu casa a las corridas porque también la quiere usar tu sobrina.
La verdad que todo lo que leí, muchas teorizaciones, investigaciones sobre su origen, las costumbres, las practicas sociales, los distintos roles y campos que intervienen etc, etc. , etc , no te ayudan a afrontar todo el estrés que implica festejar los quince años de la nena, es algo así como mucho bla bla , peero!!! En la practica todo es diferente.
Con todo esto, así mismo no puedo dejar de decir, que el hombre no nació para estar aislado ni fuera de la historia mucho menos si hay joda, y si es gratis mejor. Es muy bueno que existan estas festividades para interactuar y tener un punto de encuentro donde todos los corazones se predisponen a disfrutar y a pasarla bien a mostrar su arte. Como dijo el filosofo Sigmund Freud: esos sueños que fueron fantasías se hagan realidad, siempre y cuando uno se predisponga no solo con cosas materiales sino espirituales para el festejar.
Este trabajo de investigación me resultó interesante tal vez no sea demasiado catedrático pero, ya que como la profe dice: hay que “hacerse especialista del tema”, yo les aseguro que si necesitan contratar a alguien para que les organice una fiesta estoy a su disposición jaja...
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